de armarios de fragancias escondidas
de sonrisas perdidas y encontradas.
Dejo constancia del olor a amor
del café recién hecho,
del aroma a césped recién cortado,
del dulce hablar de los colores y rosales.
Dejo por testigo los sueños
a un tiempo pasajeros y efímeros,
infinitos parpadeos que abrazamos
en la oscuridad de las palabras
de las sílabas bebidas
que matan la sed de vida,
te escriben y te acarician.
Dibujo el amanecer en el horizonte de estas líneas,
versos de tus sonrisas,
y auroras boreales por tus miradas
que solo brillan en la noche,
solo se ven si se escuchan
y me indican dónde está mi norte y mi diosa.
Manu Fer-Galiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario