Si me apuntara con una pistola
a la cabeza a bocajarro
y apretara el gatillo de hierro,
salpicaría la pared
de pétalos de sangre
púrpuras del cerezo
y el suelo se inundaría
de hojas rojas de tus rosas
plantadas en mi cráneo,
dejando un bonito cadáver.
a la cabeza a bocajarro
y apretara el gatillo de hierro,
salpicaría la pared
de pétalos de sangre
púrpuras del cerezo
y el suelo se inundaría
de hojas rojas de tus rosas
plantadas en mi cráneo,
dejando un bonito cadáver.
Manuel Fernández-Galiano Amóros