Basado en un cuento de Max Aub
Dialogaba, y dialogaba, y dialogaba, y dialogaba, y dialogaba, y dialogaba, y dialogaba. Y venga dialogar. Aquel político no hacía más que dialogar, y dialogar, y dialogar. Estuviera donde estuviera, venía y empezaba a dialogar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿No votarle por eso? Hubiera sido igual. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no dialogar: se le reventaron las falacias por dentro.
Manu Fer-Galiano