Existe un microclima
en el valle de tu entrepierna.
Deslizo el dedo entre montaña y montaña
hasta las olas espumosas de tu cala.
Y cuando mi barco atraca en tu puerto,
guiado por el faro de los sentidos,
siento excitación de oírte imitar
el sonido del roce del viento con las velas,
que acompaña el vaivén del ruido de las olas.
Y forman juntos la música del mar de mi sucia memoria.
en el valle de tu entrepierna.
Deslizo el dedo entre montaña y montaña
hasta las olas espumosas de tu cala.
Y cuando mi barco atraca en tu puerto,
guiado por el faro de los sentidos,
siento excitación de oírte imitar
el sonido del roce del viento con las velas,
que acompaña el vaivén del ruido de las olas.
Y forman juntos la música del mar de mi sucia memoria.