¿Seré yo ese blanco impoluto,
que se tiñe de cualquier matiz que se le añada,
como pinturas plásticas,
sobre una paleta de colores,
removidos por el pincel del tiempo,
el amor, la felicidad y los deseos?
Si yo siempre fui azul,
y en la serenidad de la tormenta,
en el sosegado huracán de deseos,
en un turbulento óleo de sentimientos,
acabé mezclándome con otro color pulcro.
Qué fácil fue mezclar los dos colores.
Pero cómo desteñirse,
cómo volver al azul primario,
cómo desenredarse de los recuerdos,
olvidarse de los abrazos,
separarse de los labios,
desunir los cromas de este lienzo,
si no es comenzando desde cero;
y exprimiendo nueva pintura de ilusiones
y volviendo a pintar el cuadro de mi experiencia,
que complete la pared de mi vida.
que se tiñe de cualquier matiz que se le añada,
como pinturas plásticas,
sobre una paleta de colores,
removidos por el pincel del tiempo,
el amor, la felicidad y los deseos?
Si yo siempre fui azul,
y en la serenidad de la tormenta,
en el sosegado huracán de deseos,
en un turbulento óleo de sentimientos,
acabé mezclándome con otro color pulcro.
Qué fácil fue mezclar los dos colores.
Pero cómo desteñirse,
cómo volver al azul primario,
cómo desenredarse de los recuerdos,
olvidarse de los abrazos,
separarse de los labios,
desunir los cromas de este lienzo,
si no es comenzando desde cero;
y exprimiendo nueva pintura de ilusiones
y volviendo a pintar el cuadro de mi experiencia,
que complete la pared de mi vida.