pero la lluvia me ha empapado.
He visto relámpagos en tu mirada
y he escuchado el trueno de tu risa.
Y ahora comprendo el aguacero
y este viento que me ha dado un pasado.
Vuelvo a sentir la libertad de un charco,
porque puedo evaporarme cuando quiera.
Ya no necesito un paraguas,
porque puedo mojarme.
Y quiero disfrutar de este diluvio
en el cristal de mis olores otoñales.
Manu Fer-Galiano
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