solo hablo conmigo mismo:
yo me doy razones,
yo me insulto.
No quiero que nadie
se entrometa en mis asuntos.
Ahora mismo,
mi vida es un poema y pienso en versos.
Trato de encontrar la rima;
de marcar el ritmo;
de cadencias no carece.
Si decaigo delevanto.
Paso desapercibido como un clásico.
Manuel Fernández-Galiano
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