Ha vuelto para siempre
en este invierno blanco.
Ha vuelto y no ha avisado su llegada.
Mi tez palpita y grita, exhala
y suelta el vaho caliente por su cueva;
huyendo de las pruebas.
Ha vuelto y se ha visto envuelto en tinta.
Jugando con natura
a ver si se marchita.
Ha vuelto a cometer
el crimen imperfecto
que todo humano ignora:
adorna hipocresía los cuerpos de ciudad.
Manuel Fernández-Galiano Amorós
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