Si leyeras mi silencio te darías cuenta,
que no voy a la partida de puntillas
que yo lo echo, no soy como el resto;
vivo sin vivir sin fin, en una nube,
y soy feliz y siento párpados en las sonrisas
y veo de menguante rosa, luna azul de día,
y noto en las perlas del collar una caricia
y en los pendientes de tu aroma un guiño.
Si leyeras a gritos mi silencio externo
te darías prisa por pedir la cuenta;
vayámonos de aquí y busquemos una almohada.
Mientras por competir otros se arrugan
yo vivo despacio en la rápida agonía,
lentamente tintan mis pisadas raudas.
Y cojo las sonrisas en las estaciones
y voy con calma porque tengo prisa
y derrocho risas en la noche armada
y con miradas altivas el reloj me apunta;
estoy en hora y las agujas me sonrojan.
que no voy a la partida de puntillas
que yo lo echo, no soy como el resto;
vivo sin vivir sin fin, en una nube,
y soy feliz y siento párpados en las sonrisas
y veo de menguante rosa, luna azul de día,
y noto en las perlas del collar una caricia
y en los pendientes de tu aroma un guiño.
Si leyeras a gritos mi silencio externo
te darías prisa por pedir la cuenta;
vayámonos de aquí y busquemos una almohada.
Mientras por competir otros se arrugan
yo vivo despacio en la rápida agonía,
lentamente tintan mis pisadas raudas.
Y cojo las sonrisas en las estaciones
y voy con calma porque tengo prisa
y derrocho risas en la noche armada
y con miradas altivas el reloj me apunta;
estoy en hora y las agujas me sonrojan.
Manuel Fernández-Galiano Amorós