no puedo recordar mi adolescencia,
si no me ayudo de un ritmo que me transporte,
un aroma, una comida o música.
No puedo recordar mi infancia,
sin las meriendas entre patadas a una pelota,
sin rodilleras en el chándal,
sin Dragon Ball, sin Teo va de pesca.
No puedo recordar mi infancia,
sin los piques en el patio,
sin los amigos que hice,
sin aquellos de los que noticias no quedan.
No puedo recordar mi adolescencia,
sin fotos o canciones sonando
en un parque.
Escribiendo sobre alguna base,
conociendo amigos que de verdad importaban
y que pase lo que pase
nunca olvido,
siempre los llevo conmigo
y con mis versos.
Aroma a recuerdos pasajeros.
Es como escuchar un verso por dentro,
imaginarlo escrito por un rato;
acabaré perdiéndolo.
Fue dura la lección que me dio el tiempo.
Manuel Fernández-Galiano Amorós
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