porque usamos la lengua
acorde a la gramática sexual.
En nuestra literatura sobre los viajes a la felicidad,
al huir de la inmundicia de las noticias,
sobre la cama y bajo tus labios.
Seguimos la ortografía a pies juntillas,
juntando nuestras manos,
nuestras miradas de forma esdrújula,
con besos llanos y agudas rimas.
Como se rozan las lenguas.
Desde nuestra fonética bombeante
hasta la textualidad de nuestros gestos,
pasando por los morfemas de detalles
y las sonrisas sintácticas.
Somos un sistema de sistemas,
empapado de sonrisas y abrazos,
un conjunto de dos,
pero muchos signos de amar.
Manu Fer-Galiano
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