dirijo mi propia obra.
Yo no soy espectador,
yo formo parte de la tragicomedia.
Yo no soy protagonista,
ni antagonista,
yo doy vida a las ideas.
Yo no soy un bastidor,
ni estoy entre bambalinas,
yo doy forma y estructura.
Yo no soy
un telón que es corrido,
unos aplausos, unos vítores,
yo soy la emoción y los temblores.
Yo no soy
el autor de la obra.
Yo soy el diálogo, el libro, la palabra,
el silencio incómodo antes de empezar,
la luz apagada,
la música.
M. F-G. A.
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