allá en la oscura laguna
donde se crean círculos concéntricos,
allá estoy yo:
rompiendo la calma,
salpicando mi vida de gotas enérgicas,
mientras caigo al fondo
del charco de la experiencia.
Poco a poco voy cayendo
hasta quedarme sin aliento y sin oxígeno,
pero soy peso muerto e inanimado,
no puedo ser submarino,
ni delfín, ni mamífero acuático,
porque no dependo de mí,
para tomar la superficie.
Tendré que esperar a ser recogido y lanzado,
por alguien o por algo
y sin esperarlo,
caer en el sitio idóneo
o en otra laguna,
donde también me ahogue,
pero con mayor calidad de vida.
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